domingo, 28 de abril de 2013

Sentimientos irracionales

Un domingo cualquiera. Llueve fuera. La lista de "tareas por hacer" del fin de semana aún no está tachada, como es costumbre un domingo a estas horas. Escucho a Zetazen, y estoy feliz. No sé por qué, porque más bien debería deprimirme viendo la tarde-noche de estudiar que me espera, pero me siento bien. Será eso que tienen los sentimientos, que son irracionales.

Deseamos que ciertas personas sigan en nuestra vida, cuando hace tiempo que deberíamos desear que se marcharan. Ya sabéis a qué me refiero, eso de que para decir "hola" a la persona correcta antes hay que decir "adiós" a la persona equivocada.
Ignoramos a quien nos quiere,
queremos a quien nos ignora,
amamos a quien nos hiere
y herimos a quien nos ama.

Así de lógicos y racionales somos los humanos.

domingo, 21 de abril de 2013

Y me pierden... Poco a poco, cada día un poquito más... y puede que avance lento, o no, según cómo lo mires. Pero si está clara una cosa: es irreversible.
Así que el año que viene no los echaré de menos. Porque ya los echo de menos ahora, que están a cinco o seis metros de mí, dos tabiques a la derecha. Aunque a mi se me hacen un abismo. No saben nada de mí. Ni la música que escucho cada mañana, ni la nota de mi último examen, ni cuáles son mis sueños o a qué aspiro en esta vida. No sé, esas cosas que unos padres suelen saber.
Solo deseo que el día de mañana mi hija no se sienta tan sola en casa como me sentí yo gran parte de mi adolescencia en la mía. Que cada vez que necesite un abrazo, me tenga ahí. Que cuando necesite llorar lo haga conmigo; no por mi.

domingo, 14 de abril de 2013

"...Los chupetes se convirtieron en cigarros, el agua en vodka, las bicicletas en coches, los besos en sexo. ¿Te acuerdas cuando un chute de adrenalina era que tu padre te lanzara en la piscina desde sus hombros? ¿O saltar las olas con tu hermano en la playa? ¿Cuándo tu madre era la mejor madre de este mundo? El dolor más fuerte era el de tus rodillas raspadas y "adiós" significaba solo hasta mañana. Pero no pudimos esperar, tuvimos que crecer... "

Tuvimos que crecer, y ahora estamos en esa etapa intermedia que ni eres un adulto ni eres un niño, ni puedes ser independiente ni te gusta depender de nadie. Ansías la libertad, pero aún no ha llegado tu momento. Has alcanzado la tan mitificada mayoría de edad, pero tu vida sigue igual que siempre. Normal encontrarse perdida a veces...

viernes, 12 de abril de 2013

¿Cómo hacerte saber...


¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?...

Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo.

Que nadie establece normas salvo la vida.

Que la vida sin ciertas normas pierde forma.

Que la forma no se pierde con abrirnos.

Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.

Que no está prohibido amar.

Que también se puede odiar...



¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

Que el odio y el amor son afectos.

Que la agresión porque sí, hiere mucho.

Que las heridas se cierran.

Que las puertas no deben cerrarse.

Que la mayor puerta es el afecto.

Que los afectos nos definen.

Que definirse no es remar contra la corriente.

Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.

Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.

Que negar palabras implica abrir distancias.

Que encontrarse es muy hermoso.

Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.

Que la vida forma parte del sexo.

Que el por qué de los niños tiene un por qué.

Que querer saber de alguien no sólo es curiosidad.

Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.

Que nunca está de más agradecer.

Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.

Que nadie quiere estar solo.

Que para no estar solo hay que dar.

Que para dar debimos recibir antes.

Que para que nos den también hay que saber cómo pedir.

Que saber pedir no es regalarse.

Que regalarse es, en definitiva, no quererse.

Que para que nos quieran debemos mostrar quiénes somos.

Que para que alguien sea hay que ayudarlo.

Que ayudar es poder alentar y apoyar.

Que adular no es ayudar.

Que nadie es honesto porque no roba.

Que el que roba no es ladrón por placer.

Que cuando no hay placer en hacer las cosas, no se está viviendo.

Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.

Que se puede estar muerto en vida.

Que se siente con el cuerpo y la mente.

Que con los oídos se escucha.

Que cuesta ser sensible y no herirse.

Que herirse no es desangrarse.

Que para no ser heridos levantamos muros.

Que quien siembra muros no recoge nada.

Que casi todos somos albañiles de muros.

Que sería mucho mejor construir puentes.

Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.

Que volver no implica retroceder.

Que retroceder puede ser también avanzar.

Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol.

¡Cómo hacerte saber... que nadie establece normas, salvo la vida!...

                                                      Mario Benedetti

sábado, 6 de abril de 2013

Y no sé da cuenta de que 40 euros de una sesión con la psicóloga no pagan el daño de la desconfianza. No quiere que le caliente la cabeza a ella, y me manda a que se la caliente a otra. Como si con eso se arreglara toda esta mierda. No se da cuenta, ni de eso ni de nada.

¿Y yo? Yo solo quiero que me dejen tranquila, que se disuelva este puto nudo de la garganta, y como decía Pereza: "soltar en una carcajada todo el aire, y después respirar".

¿Y quién sabe? Lo mismo esta tarde salgo y me enamoro, en esta jodida ciudad que tengo ya tan vista... O lo mismo no, yo fui siempre más de ir riéndome de ellos, para acabar siendo de la que se reían. 

Quizás yo sola me lo buscara. 
Quizás, después de todo, me esté bien empleado. 
Pero hice lo que me apeteció en cada momento, y el valor de eso no lo cambio por nada.

miércoles, 3 de abril de 2013

Las lágrimas son saladas

Las lágrimas son saladas. O al menos así son las mías (no he probado las de nadie más). Y no importa que me pase una semana comiendo dulce, seguirán siendo saladas. Parece que hay cosas que no cambian. Como los días. Como las personas.
Esta mañana cuando volvía del instituto, chispeaba. Cinco minutos después, como decimos aquí en mi tierra "estaba cayendo la de Dios". Sin embargo, sobre las cinco cuando volvía de la academia, brillaba tanto Sol que me he arrepentido de no llevar las gafas de Sol en la mochila. El día era el mismo, miércoles 3 de abril de 2013. Pero el tiempo había cambiado, y el día ya no parecía el mismo, aunque evidentemente lo era.

Ocurre igual con las personas. Las personas no cambian, pero sí las circunstancias y con ellas sus sentimientos, su manera de comportarse. A pesar de ello, no hay que olvidar que siguen siendo las mismas. Y es importante entender esto. Entender, que cada persona es de una determinada manera, y que esperar que cambien es una pérdida de tiempo. ¿Intentarlo? Una pérdida de esfuerzo. Tan solo podemos aceptarlo, tragarnos la impotencia de no poder hacer nada al respecto, y quizás después llegue esa ansiada paz interior. Ese "sentirte bien", así, sin más. Aunque no puedo asegurar que esto sea cierto, porque yo aún no lo he conseguido. No he conseguido aceptarlo.

 Así que, si no puedes cambiar algo, aléjate de él. Por lo pronto yo voy a ver si empiezo el curriculum y así consigo alejarme. Pronto, muy pronto.

¿Qué como me va todo? Mal. Asquerosamente mal.