sábado, 1 de septiembre de 2012



Solo me paso un momento por el blog para decir que no era una tregua, que después de la tempestad por fin ha llegado la calma, y que descubrí que hay personas que siempre estarán apoyándome (y aguantándome en mis días malos), porque nos une algo tan fuerte como los lazos de sangre.

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