miércoles, 18 de septiembre de 2013

Siempre lo dije: algo colgando entre las piernas tienen todos. Y la belleza es algo sumamente subjetivo. Por eso yo... yo busco otra cosa. Ese algo que siempre te deja con ganas de más, que hace que el tiempo se pase volando y convierte el "estar con él" en aquello que te apetece hacer en todo momento. Ese algo engloba miles de pequeños detalles, diferentes para cada persona.

Podría tirarme horas y horas explicando qué es ese anhelante algo para mi, qué es exactamente lo que necesito encontrar para dar el paso y regalarle a alguien la oportunidad de destruirme... Pero quizás sea más simple que todo eso:




miércoles, 11 de septiembre de 2013

Es tarde, sí.
Es tarde para escribir en el blog.
Es tarde, lo sé.
Es tarde para intentar algo con aquel chico en quién nadie se fijaba, que pasó años enamorado de mi. Y qué cruel fui pienso ahora. Era como ofrecerle pan a alguien que se moría de sed, no sé si me entendéis.... Él es aquél a quién me empeño en buscar  los sábados de madrugada porque me faltan cojones para asumir que ya no está. Que busco a alguien que ya no existe.Que lo que me gustaba de él se perdió, se esfumó, se evaporizó... Quizás ya sea hora de que lo acepte.



Pasa el tiempo y me doy cuenta de que desgraciadamente es cierto aquello de que hay oportunidades que solo pasan una vez en la vida. Cuántas veces nos gustaría tener una máquina del tiempo y volver a aquel momento, cuando no le habíamos puesto nombre a las cosas. Cuando aún todo estaba por definir.Cierro los ojos y me veo corriendo por la calle. Y él, que al principio no sabe qué hacer, pero que corre tras de mi en cuanto ve que me alejo más de la cuenta. Entonces yo acelero y empieza el juego. Porque era eso, un juego. Porque yo llevaba algunos cubatas de más y algo de cariño de menos, y él ya sabía que tarde o temprano me perdería, pero quería retrasar el momento. Por eso corríamos como locos por las calles de la ciudad, porque queríamos vivir ese preciso instante.
 Cuando nos chocamos con aquel hombre que paseaba a su perro antes de irse a dormir solo pudimos gritarle apresurados "perdón" en medio de risas sin dejar de correr. Solo eramos dos niños con ganas de reír. El juego acababa cuando él me alcanzaba y me besaba. A partir de ahí nos cogíamos de la mano y caminábamos lentamente mirándonos embobados como una pareja más; aunque nosotros no éramos eso. Cómo me gustaría volver atrás y vivir otra noche de esas. Eran tan... divertidas.



Es curioso. Abrí el blog con la intención de publicar otra entrada, reflexionar sobre otros temas, aclarar otros ideas. Pero empecé a escribir y fue como si mis dedos cobraran vida propia. Ya es tarde, sí; la almohada tendrá que resolver lo que quedó por escribir.

lunes, 9 de septiembre de 2013

No sé qué me pasa... Y eso me asusta, porque soy de esas que suele tener respuesta para todo. Pero hoy...


Hoy, simplemente, no encuentro las palabras.


Y ahora entiendo a aquel que cuándo le preguntaban "¿Cómo estás?" , respiraba hondo y respondía : 
"Sigo tragándome el humo al fumar".

domingo, 1 de septiembre de 2013

Hay días en los que no estás para nadie, tienes a gente que te escucha pero sientes que nadie llega a entenderte de verdad.
Entonces solo te queda refugiarte en la música. Encuentras esa canción que expresa exactamente como te sientes, que parece estar hecha a la medida exacta de las emociones que recorren tu cuerpo en ese momento. El resorte de un extraño mecanismo se acciona y  ya solo te apetece escucharla en la cama una y otra vez. Y así, poco a poco, sientes que el mundo te da una tregua y te deja vivir un rato. Y ojalá no me entendáis...