sábado, 12 de abril de 2014

No creí dedicarte otra entrada de mi blog. Llegó un momento en que ni siquiera creí que te merecieras otro solo de los minutos de mi vida, y te los dí. Me volví a ver en mi sofá nerviosa porque llegarás, esperándote en la ventana, al más mínimo ruido de moto que escuchaba. Nunca creí volver a verme así, y me he visto.
No puedo decir que esta sea la definitiva, pero si puedo decir que cada vez me das más asco. Que esta puta obsesión que tengo contigo me lo voy a quitar, aunque sea a la fuerza, que a veces tiene nombres y apellidos.
Él.
Él, que era la última carta de mi baraja. La que creí que nunca tendría que usar, hoy la tengo en mi puta cara. Y la voy a jugar. Porque es la última carta que me queda. Solo espero que me salga bien. Después todo, no sé si me lo merezco o no, pero necesitarlo, lo necesito.
Te necesito, para que me saques de este puto agujero en el que yo sola me he metido. Como cavar tu propia tumba, y que apunto de enterrarte llegué alguien a salvarte. Y ese alguien va a ser él, estoy segura.
:)

No hay comentarios:

Publicar un comentario