Supongo que será el verano y el exceso de tiempo libre. Supongo no, lo sé.
Así que pasará pronto. O se me pasará pronto, que en el fondo es lo importante. Quiero irme y desconectar. Tirar el móvil al retrete y sonreír mientras tiro de la cisterna. Qué estúpida forma de joderme. Me tiro a otro pero mis buenas noches van para él. No me tiro a nadie y no me contesta. Y no me contesta. Y no me vuelve a contestar.
Entonces vienen las debilidades y esas ganas insaciables de besar siempre los mismos labios. A quién quiero engañar con esa ficticia estabilidad que
ni pretendo
ni quiero
ni tengo.
Esforzarme más en conocerme a mí misma que a alguien. Porque en el fondo la que importa soy yo, y la que siempre está soy yo. Nadie más. Así que que le jodan a la falocracia, su sexualidad y sensualidad, a sus lunares y su piercing del labio. En ese orden, de lo que menos duele a lo que más.
Todo para respirar tranquila y reafirmarme frente al espejo diciendo: Y a pesar de todo, nadie baila como yo mi canción favorita, aunque no la haya escuchado nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario