jueves, 30 de agosto de 2012

Y hoy por fin hoy me levanto sin esa maldita presión en el lado izquierdo de mi pecho. No sé si es un tregua que me está dando el kharma por la buena acción de ayer, o será que pase a la quinta fase.

Dicen que hay cinco fases cuando pierdes a alguien; lo ví ayer en  "Pulseras rojas". Decían que al perder a una persona importante, hay que pasar por cinco fases para convertir la pérdida en ganancia: negación, ira, negociación, tristeza y aceptación. Ojalá que yo haya llegado ya al final..

En cuanto a la buena acción por la que el kharma puede que me esté recompensando... Resuelta que ayer por fin quedé con ella. Tanto tiempo separadas que no sabíamos cómo acercarnos la una a la otra. Opté por lo más simple, invitarla a mi casa a comer junto al resto como solíamos hacer en otro tiempo que ahora se me antoja muy lejano. No podía quedarse, se pasó quince minutos y apenas hablamos nada; pero nos dimos un abrazo enorme, y a mí con eso me basta :')

martes, 28 de agosto de 2012

miércoles, 22 de agosto de 2012

Como cada mañana, nada más levantarme siento una presión constante en el pecho. Cómo explicarlo para que me entendáis... Es como si llevara un chaleco de hierro muy ceñido y pesado, que me oprime, y me hace difícil hasta el respirar.  Cada vez que tomo aire tengo que hacer un esfuerzo inmenso para que el chaleco se separe un par de centímetros de mi piel, lo estrictamente necesario para permitir que el aire entre en mis pulmones. Si respirar me cuesta trabajo, ya no os digo caminar. Parece que llevara una mochila con 30 kilos a la espalda. Y de hablar ya paso. Pudiendo negar y afirmar con un leve movimiento de cabeza no necesito más. Tampoco es que tenga mucho que decir. O puede que sí, pero no a las personas que están ahí para escucharme. Aún así no creo que puedan llegar a entender el vacío kilométrico que siento dentro de mí. Ya podría estar en Bélgica en el Tomorrowland, rodeada de 180000 personas, y seguiría sintiéndome igual de sola. Porque solo necesito el calor de una persona, y esa persona no me lo da.

lunes, 20 de agosto de 2012

Adieu

Y si te vas a ir, si esto es un adieu, llévate los recuerdos. 
No quiero echarte de menos.

domingo, 19 de agosto de 2012

El tiempo cura por quimioterapia, y la música anestesia


No quiero salir a la calle. Estoy cansada de actuar, de fingir que todo va bien, que nada me afecta, que puedo con todo. ¿No soy tan fuerte como aparento sabes? Así que prefiero quedarme en casa, encerrada en mi cuarto, donde puedo ser yo misma. Donde puedo llorar todo lo que me plazca, llorar sin secarme las lágrimas, hasta que empapo la almohada. Después esperar a que se seque y vuelta a empezar...

sábado, 18 de agosto de 2012

Y cuéntale a otra que la vida te ha maltratado

Sólo dame un abrazo, y deséame lo mejor; que no me caeré a trozos, ni me volaré los sesos.

martes, 14 de agosto de 2012


A veces añoro demasiado la infancia. Todo era tan fácil... 
Cero preocupaciones, cero responsabilidades, cero obligaciones. Aquel tiempo en el que la decisión más importante que tenía que tomar era la de a qué jugar. 
Ahora todo es tan complejo... Siento que el mundo actual me sobrepasa, me abruma, me confunde y me aturde; en ese orden.

miércoles, 8 de agosto de 2012

- Me iré.
+ No lo hagas.
- ¿Por qué? ¿Me amas acaso?
+ Mucho.
- Pues alguien dijo: "Si amas a alguien, déjalo ir".
+ Pues ese alguien tan solo era un cobarde, porque si amas a alguien, das la vuelta al mundo si hace falta hasta que funcione. 

martes, 7 de agosto de 2012

MRTN SPN



¿Cómo una persona con la que has estado físicamente dos semanas en tu vida puede calarte tanto?
Te echo de menos Martina Sipione...

sábado, 4 de agosto de 2012


Aquella tarde, mientras me contaban todo aquello que antes no habían tenido el valor de contarme, sus risas eran oscuras. Tan oscuras como el día que perdimos el mapa de regreso a casa. A lo mejor por eso a veces no sentimos tan perdidas, y nos faltaban fuerzas para seguir adelante. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que a veces las palabras sobran, y descubrimos el valor que puede llegar a cobrar un abrazo en el momento adecuado.