Él, que a pesar de todo nunca me dice que no a algo.
Él, que a pesar de nada sigue siendo tan guapo.
Él, que estuvo, está y estará.
Él, que me mira como solo quien te quiere de verdad puede hacerlo.
Él, que consiguió mentirme cómo solo lo habían hecho una vez.
Él, que aprendió de memoria cada detalle de mi casa pero era incapaz de no desorientarse en mi cuerpo.
Él, que era lógico que me conociera tan bien: le di paso a conocer a los míos (lo que no es otra cosa que conocer una extensión de mí misma).
Y a pesar de todo, él.
P.D. Por decir algo negativo, él nunca me dijo que tenía unos pechos muy bonitos. Ah sí, y tampoco fuma.
(No sé cuando dejaré esta fea costumbre de las comparaciones)
No hay comentarios:
Publicar un comentario