domingo, 2 de febrero de 2014

prrrrrrrrr

No voy a escribir lo típico que siempre se escribe sobre los hermanos. No voy a hablar de lo mucho que lo quiero ni lo mucho que daría por él. Ni de lo mucho que lo echo de menos y me duele no poder estar ahora mismo con él.
En un momento, pude perderlo. Y eso me hace replantearme muchas cosas.
Como que,
quizás,
debería pasar más tiempo en casa. Disfrutar más de todos ellos que me quieren con locura. Enfadarme menos y dar más abrazos. Y decirles más veces todo lo bueno que tienen, que no es poco. Y escribirles más notas en el frigorífico para que no se les olvide ni un solo día lo mucho que los quiero.

Deberían educarnos en emociones. Hace poco vi un vídeo que decía que las tres claves de una vida sana eran una buena alimentación, ejercicio físico y una correcta gestión de las emociones. Enseñarnos que el amor no es sólo el de pareja, que la ansiedad y el miedo no son lo mismo y que, si sabes reconocer tus emociones, puedes aprender a controlarlas.



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