domingo, 10 de noviembre de 2013

Anoche la cama no me venía grande.Qué va. Dormí agustísimo yo sola.  El único problema era que, al principio, estaba fría. 

Esa es la diferencia entre necesitar calor y necesitar                      
                                                 compañía.



Tan sooolo, quiero tu caloooor... 8)


sábado, 9 de noviembre de 2013

Sin vicio no puedo estar...8)

¿Qué cuando dejaré mis vicios? El día en que encuentre a alguien que me haga reír como la marihuana, suspirar como el cigarro y olvidar como el alcohol.



Y amor, ojalá tardes en llegar... porque de todos los vicios, tú eres el peor.





martes, 5 de noviembre de 2013

"Nunca pensé que hubiera tanta tristeza escondida en la felicidad" M.B.

Últimamente, echo de menos  demasiado. Las echo de menos a ellas. Éramos como un triángulo, la figura geométrica más estable, aunque no sea la más perfecta. La unión de tres partes, cada una de las cuales resguardada por las otras dos. Me parece bonita esta nueva forma que se me acaba de ocurrir de ver nuestra amistad.
También echo de menos a "mi primera palabra" del gran Rayden. Y lo peor de todo es que más en falta me echa ella a mí. Qué irónico resulta... siempre pensé que la que más dependía  de la otra era yo.



 Echo de menos los piques con mi hermano, y esos juegos tontos que todos los hermanos del mundo tienen y solo ellos entienden. Echo de menos los cafés de los domingos de resaca en La Cafetera con la enana, los cigarros en el escalón de la calle de atrás. Mis caminatas de madrugada por el barrio(aunque aquí no me hagan falta).

Y también te echo de menos a ti, amor.

 "Dirán de nosotros que fuimos la generación que cruzaba en rojo sin mirar pero tenía miedo a enamorarse."

viernes, 1 de noviembre de 2013

Después de la tempestad llega la calma. Una calma que no es eterna, cierto, solo la fase que tocaba en este ciclo que se repite hasta la infinitud. Eterna o no, era necesaria. Como quien lleva mucho con la garganta seca y necesitaba a gritos un vasito de agua. Pues eso. Y divagando un poco como suelo hacer, los niños son terapeúticos. "La alegría de una casa", dice siempre mi madre. Alegría y enfado a veces. Así que más que alegría, yo diría vida. Los niños está rebosantes de vida, de emociones, de amor. Los niños aún no saben odiar de verdad. Puede que por eso me gusten tanto los niños.


Quizás cuando salimos y nos emborrachamos solo buscamos eso, un poco de vida. Ser niños sin tener que dar demasiadas explicaciones. No me suele gustar dar explicaciones. Solo a determinadas personas, y puede que precisamente esas, sean las que no las necesitan. Porque ya me conocen. Ya saben por qué actúe de tal o cual modo. Antes de que abra la boca probablemente ya saben qué voy a decir, pero aún así me dejan hablar. Saben que me hace bien que me escuchen.

Necesitaba que ella me escuchara, y oírla del mismo modo. Ha sido alguien tan ligada a mi desde hace 15 años (que no es poco), que no quiero distanciarme de ella lo más mínimo. La echo tanto de menos a veces. Me gustaría seguir sabiéndolo todo de ella, no perderme nada: qué profesor ha sido el que le ha jodido la mañana, qué tontería ha dado lugar a la pelea de hoy con su hermano o qué camiseta nueva se ha comprado. Da igual que sean cosas superfluas, son sus cosas y no quiero perderme ninguna. Y aunque se que es inevitable, espero no perderme al menos las importantes.
Te quiero mucho enana.