Y no sé da cuenta de que 40 euros de una sesión con la psicóloga no pagan el daño de la desconfianza. No quiere que le caliente la cabeza a ella, y me manda a que se la caliente a otra. Como si con eso se arreglara toda esta mierda. No se da cuenta, ni de eso ni de nada.
¿Y yo? Yo solo quiero que me dejen tranquila, que se disuelva este puto nudo de la garganta, y como decía Pereza: "soltar en una carcajada todo el aire, y después respirar".
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